Cuenta la leyenda que el 23 de abril de 2006, en Kiev, capital de Ucrania, un hombre muy nervioso caminaba por la calle dando la impresión de encontrarse bastante desorientado. La policía, alertada por algunos transeúntes, llegó a los pocos minutos y se acercó al desconocido, quien al ver a los agentes les preguntó por una calle que había desaparecido hace años. Iba bien vestido, aunque su atuendo parecía bastante pasado de moda. Cuando los policías le pidieron su identificación, el desconocido presentó un antiguo documento fechado en 1950, expedido por la antigua Unión Soviética. Su nombre era Sergei Ponomarenko.
Los policías, pensando que se trataba de un hombre con problemas mentales, trasladaron a Ponomarenko a un hospital psiquiátrico. Ya en la clínica, Sergei preguntó a Pablo Kutrikov. uno de los doctores del lugar, por el año en el que estaban. Cuando el galeno le dijo que se encontraban en el año 2006, Ponomarenko se estremeció, guardó silencio durante unos segundos y posteriormente le relató al doctor que era un viajero en el tiempo y que había dado un salto temporal de 56 años tras ver y fotografiar un Ovni.
“Era de día y quise dar un paseo por la ciudad, tomé mi cámara de fotos pero cuando salí de mi casa vi un objeto extraño que tenía una forma de campana, era muy raro, y volaba de una manera extraña”, relató Ponomarenko, quien agregó que “sé que es difícil de explicar lo que estaba viendo. Es mejor revelar las fotos de mi cámara y entonces tal vez encontremos la respuesta”.
El doctor Kutrikov, tras encontrar una vieja cámara fotográfica entre las pertenencias de Sergei Ponomarenko, se contactó con un experto en fotografía llamado Vadim Poisner, quien le informó que aunque el rollo de fotografías que se encontraba dentro de la cámara se encontraba intacto e impecable, era de un tipo que se había dejado de fabricar en 1970. Según Poisner, las condiciones del rollo se deterioraban después de dos décadas pero el que estaba revisando no presentaba daños.
Las imágenes en blanco y negro reveladas por Vadim Poisner fueron bastante reveladoras. Mostraban edificios de la antigua ciudad de Kiev, el retrato de una bella mujer y un retrato del propio Sergei Ponomarenko con la misma indumentaria que lucía el día en que fue arrestado por la policía. Además, había una extraña foto en la cual se podía divisar un raro objeto volador en el cielo, como una especie de ovni, justo como el que Ponomarenko había descrito durante la entrevista con el doctor.
Después de la entrevista clínica, a Sergei Ponomarenko le fue asignada una habitación -con rejas de metal en las ventanas- en el hospital psiquiátrico, donde permanecería hasta ser dado de alta. Las cámaras de seguridad de la institución lo captaron entrando a la habitación, pero no pudieron captarlo cuando salió. Cuando una enfermera acudió al cuarto horas después descubrió que Ponomarenko ya no estaba allí. Había desaparecido como si se hubiera evaporado, sin dejar el más mínimo rastro. El viajero en el tiempo se había hecho humo y nunca más se supo de él.
El doctor Kutrikov, quien tras la increíble desaparición de Ponomarenko decidió investigar su caso más a fondo, descubrió con sorpresa que la persona con la que había hablado sí había existido, pero había sido declarada como desaparecida en la década de los 70’. También localizó a la mujer que aparecía en las fotos tomadas por Sergei, Valentina Kulik, quien vivía en Ucrania y a quien se le preguntó si conocía a Ponomarenko. Ella declaró que había sido su novio, el amor de su vida con quien iba a casarse en su juventud. Como evidencia mostró fotos suyas en las que aparecía junto con Sergei, asegurando que cuatro años después de su insólita desaparición su familia lo había dado por muerto. – Fuente
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